La experiencia de la hermandad internacional a través de la Escuela de El libro de Urantia en Internet

Versión para imprimir

De Ulises Pedrique (Florida, Estados Unidos)

Nota de la redacción: Ulises es profesor-facilitador de la rama española de la Escuela de El libro de Urantia en Internet (UBIS por sus siglas en inglés) y se unió a la junta directiva de la UBIS en julio de 2020

Soy originario de Caracas (Venezuela). Mi hogar es ahora un hermoso paraíso de Norteamérica llamado Venice (Florida), en los Estados Unidos. Aquí es donde comenzaron mis primeros contactos y encuentros con la Fundación, más concretamente con la UBIS. Actualmente resido en Corea del Sur, desde donde escribo ahora. Es algo temporal, aunque está durando más de lo esperado. Pero ese es otro tema.

El libro de Urantia llegó a mis manos en 2008 de una manera sutil e inevitable. Fue amor a primera vista. Desde el principio sus revelaciones incomparables coincidieron con mi manera de ver y concebir el mundo, el universo y mi relación y comunión con Dios. Estas enseñanzas avivaron en mí un deseo intenso de conocer y aprender más sobre estas realidades eternas y espirituales. Y desde entonces me he enganchado a ellas escudriñando, descubriendo, desvelando y bebiendo a sorbos todos los días los nuevos y maravillosos misterios contenidos en este poderoso manantial de agua viva de sabiduría.

El libro me llevó a conocer mejor a Jesús, me mostró verdades nuevas y maravillosas, me enseñó una manera nueva y mejor de sentir y vivir, más en línea con la cosmología espiritual y divina, y se alineó directamente con los planes, propósitos y diseños recientes revelados de la voluntad de Dios para nosotros en esta vida. A través del estudio, primero a solas y luego con los cursos internacionales de la UBIS, mi visión cósmica de la realidad se ha reforzado y expandido día a día, y me ha permitido conocer, comprender y hacer amistad con un gran grupo increíble de personalidades de todo el mundo, que comparten y disfrutan (como yo, en hermandad, armonía y amor) nuestra búsqueda común y profesionalmente ordenada de esta verdad divina, una verdad nueva y expandida que incita y promueve el estudio de esta nueva revelación. Así que sigo aprendiendo, compartiendo y disfrutando esta aventura increíble y excitante, no solo como estudiante sino también como profesor-facilitador. Este último papel me ha permitido ofrecer y transmitir a otros (de manera amable, responsable y generosa) las enseñanzas adquiridas en este maravilloso proceso de mejora intelectual, religiosa y espiritual en el que he estado inmerso desde entonces.