Documento 105 - La deidad y la realidad

   
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El libro de Urantia

Documento 105

La deidad y la realidad

105:0.1 (1152.1) INCLUSO los órdenes superiores de inteligencias del universo solo pueden comprender parcialmente la infinitud y captar relativamente el carácter final de la realidad. Cuando la mente humana intenta penetrar en la eternidad-misterio del origen y destino de todo lo que se llama real, le resulta más fácil abordar este problema si concibe la eternidad-infinitud como una elipse casi ilimitada que está generada por una sola causa absoluta y actúa en todo este círculo universal de diversificación sin fin buscando siempre algún potencial de destino absoluto e infinito.

105:0.2 (1152.2) Cuando el intelecto mortal intenta captar el concepto de la totalidad de la realidad, esa mente finita se encuentra cara a cara con la infinitud-realidad. La totalidad de la realidad es la infinitud, y por lo tanto no puede ser nunca plenamente comprendida por una mente de capacidad conceptual subinfinita.

105:0.3 (1152.3) La mente humana no se puede formar un concepto adecuado de las existencias de la eternidad, y sin esa comprensión es imposible describir incluso nuestros conceptos de la totalidad de la realidad. A pesar de ello podemos intentar exponerlos, aun siendo plenamente conscientes de que nuestros conceptos se verán profundamente distorsionados por el proceso de traducción y modificación necesario para situarlos en el nivel de comprensión de la mente mortal.

1. El concepto filosófico del YO SOY

105:1.1 (1152.4) Los filósofos del universo atribuyen la causalidad primaria absoluta a la infinitud del Padre Universal que actúa como el YO SOY infinito, eterno y absoluto.

105:1.2 (1152.5) Presentar esta idea de un YO SOY infinito al intelecto mortal comporta muchos elementos de peligro, pues este concepto está tan alejado de la comprensión experiencial humana que se producen deformaciones importantes de los significados y errores de concepto sobre los valores. Sin embargo, el concepto filosófico del YO SOY ofrece a los seres finitos cierta base para intentar aproximarse a la comprensión parcial de los orígenes absolutos y los destinos infinitos. Pero siempre que intentemos dilucidar la génesis y maduración de la realidad debe quedar claro que, en todos los significados y valores referentes a la personalidad, este concepto del YO SOY es sinónimo de la Primera Persona de la Deidad, el Padre Universal de todas las personalidades. En cambio este postulado del YO SOY no es tan claramente identificable en los campos no deificados de la realidad universal.

105:1.3 (1152.6) El YO SOY es el Infinito. El YO SOY es también la infinitud. Desde el punto de vista secuencial o del tiempo toda la realidad tiene su origen en el infinito YO SOY, cuya existencia solitaria en la eternidad infinita del pasado ha de ser el postulado filosófico principal de la criatura finita. El concepto del YO SOY connota infinitud no cualificada, la realidad indiferenciada de todo lo que podría existir alguna vez en toda una eternidad infinita.

105:1.4 (1153.1) Como concepto existencial, el YO SOY no es ni deificado ni no deificado, ni actual ni potencial, ni personal ni impersonal, ni estático ni dinámico. No se puede aplicar ninguna cualificación al Infinito, excepto la afirmación de que el YO SOY es. El postulado filosófico del YO SOY es un concepto del universo algo más difícil de comprender que el del Absoluto No Cualificado.

105:1.5 (1153.2) Para la mente finita tiene que haber necesariamente un principio, y aunque la realidad nunca ha tenido un principio real, manifiesta sin embargo ciertas relaciones de fuente con la infinitud. La situación primordial de prerrealidad en la eternidad puede ser concebida en cierto modo como sigue: en algún momento hipotético e infinitamente lejano de la eternidad pasada se puede concebir al YO SOY como cosa y no cosa a la vez, como causa y efecto, como volición y reacción. En este momento hipotético de la eternidad no existe ninguna diferenciación en toda la infinitud. La infinitud la llena el Infinito y el Infinito abarca la infinitud. Este es el hipotético momento estático de la eternidad: los actuales están contenidos todavía en sus potenciales, y los potenciales no han aparecido aún dentro de la infinitud del YO SOY. Pero incluso en esta conjeturada situación, debemos suponer que existe la posibilidad de la voluntad propia.

105:1.6 (1153.3) Recordad siempre que la comprensión del Padre Universal por el hombre es una experiencia personal. Dios es comprensible para vosotros y para todos los demás mortales como vuestro Padre espiritual, pero vuestro concepto experiencial y adorador del Padre Universal ha de ser siempre menor que vuestro postulado filosófico de la infinitud de la Primera Fuente y Centro, el YO SOY. Cuando hablamos del Padre nos referimos a Dios tal como es inteligible por sus criaturas tanto altas como bajas, pero hay mucho más en la Deidad que no es comprensible para las criaturas del universo. Dios, vuestro Padre y mi Padre, es ese aspecto del Infinito que percibimos en nuestra personalidad como una realidad experiencial efectiva, pero el YO SOY queda siempre como nuestra hipótesis de todo lo que sentimos que es incognoscible de la Primera Fuente y Centro. E incluso esta hipótesis se queda probablemente muy corta ante la infinitud insondable de la realidad original.

105:1.7 (1153.4) El universo de universos con la innumerable multitud de personalidades que lo habitan es un organismo vasto y complejo, pero la Primera Fuente y Centro es infinitamente más compleja que los universos y las personalidades que se han hecho reales en respuesta a sus mandatos deliberados. Cuando contempléis sobrecogidos la magnitud del universo maestro, tened presente que incluso esta creación inconcebible no puede ser más que una revelación parcial del Infinito.

105:1.8 (1153.5) La infinitud está ciertamente muy lejos del nivel de experiencia de la comprensión del mortal, pero incluso en la presente edad de Urantia vuestros conceptos de la infinitud están creciendo, y seguirán creciendo durante todo el despliegue hacia adelante de vuestras carreras sin fin en la eternidad futura. La infinitud no cualificada carece de sentido para la criatura finita, pero la infinitud es capaz de autolimitarse y susceptible de expresar su realidad a todos los niveles de existencia del universo. Y el rostro que muestra el Infinito a todas las personalidades del universo es el rostro de un Padre, el Padre Universal de amor.

2. El YO SOY como trino y séptuplo

105:2.1 (1153.6) Al considerar la génesis de la realidad tened siempre presente que toda realidad absoluta procede de la eternidad y que su existencia no tiene principio. Cuando hablamos de realidad absoluta nos referimos a las tres personas existenciales de la Deidad, a la Isla del Paraíso y a los tres Absolutos. Estas siete realidades son eternas por igual, aunque tengamos que recurrir al lenguaje del espacio-tiempo para presentar sus orígenes secuenciales a los seres humanos.

105:2.2 (1154.1) Al seguir la descripción cronológica de los orígenes de la realidad tiene que haber un momento teórico postulado en el que se produce la «primera» expresión volitiva y la «primera» reacción repercusiva dentro del YO SOY. En nuestros intentos por describir la génesis y generación de la realidad se puede concebir esta etapa como la autodiferenciación de El Uno Infinito de La Infinitud, pero el postulado de esta relación dual debe ser siempre ampliado hasta una concepción trina mediante el reconocimiento del contínuum eterno de La Infinitud, el YO SOY.

105:2.3 (1154.2) Esta autometamorfosis del YO SOY culmina en la diferenciación múltiple de la realidad deificada y de la realidad no deificada, de la realidad potencial y actual y de ciertas otras realidades que no pueden ser clasificadas de este modo. Estas diferenciaciones del teórico YO SOY monista están integradas eternamente por relaciones simultáneas que surgen dentro del mismo YO SOY: la prerrealidad monotética, prepersonal, preactual, prepotencial que, aunque infinita, se revela como absoluta en la presencia de la Primera Fuente y Centro, y como personalidad en el amor ilimitado del Padre Universal.

105:2.4 (1154.3) Mediante estas metamorfosis internas el YO SOY está estableciendo la base para una relación séptupla consigo mismo. El concepto filosófico (en el tiempo) del YO SOY solitario y el concepto de transición (en el tiempo) del YO SOY como trino pueden ampliarse ahora para abarcar al YO SOY como séptuplo. Esta naturaleza séptupla —o de siete aspectos— se puede presentar mejor en relación con los siete Absolutos de la Infinitud:

105:2.5 (1154.4) 1. El Padre Universal. El YO SOY padre del Hijo Eterno. Es la relación primaria de personalidad de las actualidades. La personalidad absoluta del Hijo hace absoluto el hecho de la paternidad de Dios y establece la filiación potencial de todas las personalidades. Esta relación establece la personalidad del Infinito y consuma su revelación espiritual en la personalidad del Hijo Original. Este aspecto del YO SOY es parcialmente experimentable en los niveles espirituales incluso por los mortales, que pueden adorar a nuestro Padre mientras están aún en la carne.

105:2.6 (1154.5) 2. El Controlador Universal. El YO SOY causa del Paraíso eterno. Es la relación impersonal primaria de las actualidades, la asociación no espiritual original. El Padre Universal es Dios como amor; el Controlador Universal es Dios como patrón. Esta relación establece el potencial de las formas —de las configuraciones— y determina el patrón maestro de las relaciones impersonales y no espirituales, el patrón maestro a partir del cual son hechas todas las copias.

105:2.7 (1154.6) 3. El Creador Universal. El YO SOY uno con el Hijo Eterno. Esta unión del Padre y el Hijo (en presencia del Paraíso) inicia el ciclo creativo, que se consuma en la aparición de la personalidad conjunta y del universo eterno. Desde el punto de vista del mortal finito la realidad comienza verdaderamente con la aparición en la eternidad de la creación de Havona. Este acto creativo de la Deidad es llevado a cabo por y a través del Dios de Acción, que es en esencia la unidad Padre-Hijo manifestada en y para todos los niveles de lo actual. Por lo tanto la creatividad divina se caracteriza indefectiblemente por la unidad, y esta unidad es el reflejo externo de la unicidad absoluta de la dualidad Padre-Hijo y de la Trinidad Padre-Hijo-Espíritu.

105:2.8 (1155.1) 4. El Sostenedor Infinito. El YO SOY autoasociativo. Es la asociación primordial de los estáticos y de los potenciales de la realidad. En esta relación todos los cualificados y todos los no cualificados se compensan. Este aspecto del YO SOY se entiende mejor como el Absoluto Universal, que es el unificador del Absoluto de Deidad y el Absoluto No Cualificado.

105:2.9 (1155.2) 5. El Potencial Infinito. El YO SOY autocualificado. Es el punto de referencia de la infinitud que da testimonio eterno de la autolimitación volitiva del YO SOY en virtud de la cual logró la triple expresión y revelación de sí mismo. Este aspecto del YO SOY es comprendida habitualmente como el Absoluto de Deidad.

105:2.10 (1155.3) 6. La Capacidad Infinita. El YO SOY reactivo-estático. Es la matriz sin fin, la posibilidad de toda expansión cósmica futura. Quizás la mejor manera de concebir este aspecto del YO SOY sea como la presencia de supergravedad del Absoluto No Cualificado.

105:2.11 (1155.4) 7. El Uno Universal de la Infinitud. El YO SOY como YO SOY. Es la estasis o relación de la Infinitud consigo misma, el hecho eterno de la realidad-infinitud y la verdad universal de la infinitud-realidad. En la medida en que esta relación es perceptible como personalidad, se revela a los universos en el Padre divino de toda personalidad, incluso de la personalidad absoluta. En la medida en que esta relación es expresable impersonalmente, el universo toma contacto con ella como la cohesión absoluta de la pura energía y el puro espíritu en la presencia del Padre Universal. En la medida en que esta relación es concebible como un absoluto, está revelada en la primacía de la Primera Fuente y Centro; en ella todos vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, desde las criaturas del espacio hasta los ciudadanos del Paraíso. Esto es tan cierto para el universo maestro como para el ultimatón infinitesimal, tan cierto para lo que ha de ser como para lo que es y para lo que ha sido.

3. Los siete Absolutos de la Infinitud

105:3.1 (1155.5) Las siete relaciones principales que hay dentro del YO SOY se eternizan como los siete Absolutos de la Infinitud. Pero aunque podamos describir los orígenes de la realidad y la diferenciación de la infinitud mediante una narración secuencial, los siete Absolutos son, de hecho, ilimitadamente eternos y tienen el mismo rango. Puede que la mente mortal necesite concebir sus comienzos, pero esta concepción debería estar siempre eclipsada por la comprensión plena de que los siete Absolutos no tuvieron comienzo; son eternos y, como tales, han existido siempre. Los siete Absolutos son la premisa de la realidad. Estos documentos los describen como sigue:

105:3.2 (1155.6) 1. La Primera Fuente y Centro. Primera Persona de la Deidad y patrón primario de la no deidad, Dios, el Padre Universal, creador, controlador y sostenedor; amor universal, espíritu eterno y energía infinita; potencial de todos los potenciales y fuente de todos los actuales; estabilidad de todo lo estático y dinamismo de todo cambio; fuente del patrón y Padre de las personas. Los siete Absolutos equivalen colectivamente a la infinitud, pero el Padre Universal es infinito de por sí.

105:3.3 (1155.7) 2. La Segunda Fuente y Centro. Segunda Persona de la Deidad, el Hijo Eterno y Original; las realidades absolutas de personalidad del YO SOY y la base para la realización y la revelación del «YO SOY personalidad». Ninguna personalidad puede esperar alcanzar al Padre Universal si no es a través de su Hijo Eterno. La personalidad tampoco puede alcanzar los niveles de existencia de espíritu sin la acción y la ayuda de este patrón absoluto de todas las personalidades. En la Segunda Fuente y Centro el espíritu es no cualificado mientras que la personalidad es absoluta.

105:3.4 (1156.1) 3. La Fuente y Centro del Paraíso. Segundo patrón de la no deidad, la Isla eterna del Paraíso; la base para la realización y la revelación del «YO SOY fuerza» y el fundamento sobre el que se establece el control de la gravedad en todos los universos. El Paraíso es el absoluto de los patrones para toda la realidad actualizada, no espiritual, impersonal y no volitiva. Igual que la energía de espíritu está relacionada con el Padre Universal a través de la personalidad absoluta del Hijo-Madre, toda la energía cósmica está asida al control de la gravedad de la Primera Fuente y Centro a través del patrón absoluto de la Isla del Paraíso. El Paraíso no está en el espacio; el espacio existe con relación al Paraíso, y la cronicidad del movimiento está determinada por la relación con el Paraíso. La Isla eterna está en reposo total; toda la demás energía organizada y en vías de organización está en movimiento eterno. En todo el espacio solo la presencia del Absoluto No Cualificado es quiescente, y el No Cualificado tiene el mismo rango que el Paraíso. El Paraíso existe en el foco del espacio, el No Cualificado lo permea, y toda existencia relativa tiene su ser dentro de este ámbito.

105:3.5 (1156.2) 4. La Tercera Fuente y Centro. Tercera Persona de la Deidad, el Actor Conjunto; integrador infinito de las energías cósmicas paradisiacas con las energías de espíritu del Hijo Eterno; coordinador perfecto de los motivos de la voluntad y los mecanismos de la fuerza; unificador de toda la realidad actual o en vías de actualización. El Espíritu Infinito revela la misericordia del Hijo Eterno a través del ministerio de sus múltiples hijos y actúa al mismo tiempo como manipulador infinito que teje perpetuamente el patrón del Paraíso en las energías del espacio. Este mismo Actor Conjunto, este Dios de Acción, es la expresión perfecta de los planes y propósitos ilimitados del Padre-Hijo, al tiempo que él mismo actúa como fuente de la mente y otorgador del intelecto a las criaturas del extenso cosmos.

105:3.6 (1156.3) 5. El Absoluto de Deidad. Las posibilidades causativas potencialmente personales de la realidad universal, la totalidad de todo el potencial de Deidad. El Absoluto de Deidad es el cualificador intencional de las realidades no cualificadas, absolutas y de no deidad. El Absoluto de Deidad es el cualificador de lo absoluto y el absolutizador de lo cualificado. Es el iniciador del destino.

105:3.7 (1156.4) 6. El Absoluto No Cualificado. Estático, reactivo y en suspensión; la infinitud cósmica no revelada del YO SOY; la totalidad de la realidad no deificada y el carácter definitivo de todo el potencial no personal. El espacio limita las funciones del No Cualificado, pero la presencia del No Cualificado no tiene límite, es infinita. Existe un concepto de periferia para el universo maestro, pero la presencia del No Cualificado es ilimitada; ni siquiera la eternidad puede agotar la quiescencia sin limitaciones de este Absoluto de no deidad.

105:3.8 (1156.5) 7. El Absoluto Universal. Unificador de lo deificado y lo no deificado; correlacionador de lo absoluto y lo relativo. El Absoluto Universal (al ser estático, potencial y asociativo) compensa la tensión entre lo que existe siempre y lo inacabado.

105:3.9 (1156.6) Los siete Absolutos de la Infinitud constituyen los comienzos de la realidad. Bajo el punto de vista de la mente mortal la Primera Fuente y Centro parece ser el antecedente de todos los absolutos, pero este postulado, aunque útil, queda invalidado por la coexistencia en la eternidad del Hijo, el Espíritu, los tres Absolutos y la Isla del Paraíso.

105:3.10 (1157.1) Es una verdad que los absolutos son manifestaciones del YO SOY-Primera Fuente y Centro; es un hecho que estos absolutos nunca tuvieron comienzo sino que son eternos con el mismo rango que la Primera Fuente y Centro. Las relaciones de los absolutos en la eternidad no siempre se pueden presentar sin paradojas en el lenguaje del tiempo y en los patrones conceptuales del espacio. Pero con independencia de cualquier confusión sobre el origen de los siete Absolutos de la Infinitud, es un hecho y una verdad que toda la realidad está basada en su existencia de eternidad y en sus relaciones de infinitud.

4. La unidad, la dualidad y la triunidad

105:4.1 (1157.2) Los filósofos del universo postulan la existencia del YO SOY en la eternidad como fuente primera de toda realidad. Postulan al mismo tiempo la autosegmentación del YO SOY en las relaciones primarias consigo mismo, las siete fases de la infinitud. Y simultáneamente con esta suposición formulan el tercer postulado: la aparición en la eternidad de los siete Absolutos de la Infinitud y la eternización de la asociación de dualidad de los aspectos del YO SOY con estos siete absolutos.

105:4.2 (1157.3) La autorrevelación del YO SOY va así desde el yo estático, pasando por la autosegmentación y la relación consigo mismo, hasta las relaciones absolutas, las relaciones con absolutos derivados de sí mismo. La dualidad llega así a existir en la asociación eterna de los siete Absolutos de la Infinitud con la infinitud séptupla de los aspectos autosegmentados del YO SOY que se autorrevela. Estas relaciones duales, que se eternizan para los universos como los siete absolutos, eternizan los fundamentos básicos de toda la realidad del universo.

105:4.3 (1157.4) Se ha dicho alguna vez que la unidad engendra dualidad, que la dualidad engendra triunidad y que la triunidad es el ancestro eterno de todas las cosas. Existen, en efecto, tres grandes categorías de relaciones primordiales, a saber:

105:4.4 (1157.5) 1. Relaciones de unidad. Las relaciones que existen dentro del YO SOY cuando su unidad es concebida como una autodiferenciación primero triple y después séptupla.

105:4.5 (1157.6) 2. Relaciones de dualidad. Las relaciones que existen entre el YO SOY como séptuplo y los siete Absolutos de la Infinitud.

105:4.6 (1157.7) 3. Relaciones de triunidad. Son las asociaciones funcionales de los siete Absolutos de la Infinitud.

105:4.7 (1157.8) Las relaciones de triunidad surgen sobre fundamentos de dualidad porque la interasociación de los absolutos es inevitable. Dichas asociaciones de triunidad eternizan el potencial de toda la realidad y abarcan tanto la realidad deificada como la no deificada.

105:4.8 (1157.9) El YO SOY es la infinitud no cualificada vista como unidad. Las dualidades eternizan los fundamentos de la realidad. Las triunidades hacen devenir la realización de la infinitud como función universal.

105:4.9 (1157.10) Los preexistenciales se convierten en existenciales en los siete absolutos, y los existenciales se convierten en funcionales en las triunidades, la asociación básica de los absolutos. Y al tiempo que se eternizan las triunidades queda dispuesto el escenario del universo: los potenciales existen y los actuales están presentes. Entonces la plenitud de la eternidad contempla la diversificación de la energía cósmica, el despliegue del espíritu paradisiaco y la dotación de la mente junto con el otorgamiento de la personalidad, en virtud de lo cual todos estos derivados de la Deidad y del Paraíso se unifican en la experiencia en el nivel de criatura y mediante otras técnicas en el nivel de supercriatura.

5. La promulgación de la realidad finita

105:5.1 (1158.1) Del mismo modo que la diversificación original del YO SOY debe ser atribuida a una volición inherente y contenida en sí, la promulgación de la realidad finita debe ser imputada a los actos volitivos de la Deidad del Paraíso y a los ajustes repercusivos de las triunidades funcionales.

105:5.2 (1158.2) Antes de la deización de lo finito, parece que toda la diversificación de la realidad tuvo lugar en los niveles absolutos, pero el acto volitivo que promulgó la realidad finita connota una cualificación de la absolutidad e implica la aparición de las relatividades.

105:5.3 (1158.3) Aunque presentemos esta narración como una secuencia y describamos la aparición histórica de lo finito como un derivado directo de lo absoluto, no podemos perder de vista que los trascendentales preceden y suceden a la vez a todo lo que es finito. Los últimos trascendentales son tanto causales como consumativos en relación con lo finito.

105:5.4 (1158.4) La posibilidad de lo finito es inherente al Infinito, pero la transmutación de la posibilidad en probabilidad e inevitabilidad se debe atribuir al libre albedrío autoexistente de la Primera Fuente y Centro que activa todas las asociaciones de triunidad. Solo la infinitud de la voluntad del Padre podría haber cualificado el nivel absoluto de existencia para el devenir de un último o la creación de un finito.

105:5.5 (1158.5) Con la aparición de la realidad relativa y cualificada surge a la existencia un nuevo ciclo de realidad —el ciclo de crecimiento— un majestuoso descenso desde las alturas de la infinitud hasta el dominio de lo finito que oscila perpetuamente hacia dentro en dirección al Paraíso y la Deidad, y busca siempre los altos destinos acordes con una fuente infinita.

105:5.6 (1158.6) Estas operaciones inconcebibles marcan el inicio de la historia del universo, marcan la llegada a la existencia del tiempo mismo. Para una criatura el comienzo de lo finito es la génesis de la realidad; bajo el punto de vista de la mente de la criatura, no hay actualidad concebible anterior a lo finito. Esta realidad finita recién aparecida existe en dos aspectos originales:

105:5.7 (1158.7) 1. Máximos primarios: la realidad supremamente perfecta, el tipo havoniano de universo y criatura.

105:5.8 (1158.8) 2. Máximos secundarios: la realidad supremamente perfeccionada, el tipo de creación y criatura de los superuniversos.

105:5.9 (1158.9) Estas son pues las dos manifestaciones originales: la constitutivamente perfecta y la perfeccionada evolutivamente. Las dos tienen el mismo rango en las relaciones de eternidad, pero dentro de los límites del tiempo parecen diferentes. El factor tiempo significa crecimiento para aquello que crece. Los finitos secundarios crecen, por eso los que están creciendo aparecen necesariamente como incompletos en el tiempo. Sin embargo estas diferencias tan importantes a este lado del Paraíso no existen en la eternidad.

105:5.10 (1158.10) Hablamos de lo perfecto y lo perfeccionado como máximos primarios y secundarios, pero existe además otro tipo de máximo. La trinización y otras relaciones entre primarios y secundarios dan como resultado la aparición de máximos terciarios: cosas, significados y valores que no son ni perfectos ni perfeccionados y sin embargo tienen el mismo rango que sus dos factores ancestrales.

6. Las repercusiones de la realidad finita

105:6.1 (1159.1) Toda la promulgación de las existencias finitas supone una transferencia de los potenciales a los actuales dentro de las asociaciones absolutas de la infinitud funcional. Entre las muchas repercusiones de la actualización creativa de lo finito cabe destacar:

105:6.2 (1159.2) 1. La respuesta de deidad, la aparición de los tres niveles de supremacía experiencial: la actualidad de la supremacía espíritu-personal en Havona, el potencial para la supremacía poder-personal en el gran universo que habrá de ser, y la capacidad para alguna función desconocida de la mente experiencial al actuar en algún nivel de supremacía del futuro universo maestro.

105:6.3 (1159.3) 2. La respuesta en el universo trajo consigo una activación de los planes arquitectónicos para el nivel del espacio de los superuniversos, y esta evolución sigue progresando en toda la organización física de los siete superuniversos.

105:6.4 (1159.4) 3. La repercusión en las criaturas de la promulgación de la realidad finita dio como resultado la aparición de seres perfectos del orden de los habitantes eternos de Havona y de ascendentes evolutivos perfeccionados procedentes de los siete superuniversos. Pero alcanzar la perfección como experiencia evolutiva (creativa en el tiempo) implica partir de un punto distinto de la perfección. Así es como surge la imperfección en las creaciones evolutivas y este es el origen del mal potencial. Desde los universos físicos hasta las criaturas personales, la inadaptación, la desarmonía y el conflicto son todos inherentes al crecimiento evolutivo.

105:6.5 (1159.5) 4. La respuesta de la divinidad a la imperfección inherente al retraso de la evolución se manifiesta en la presencia compensadora de Dios Séptuplo, cuyas actividades producen la integración de lo que se está perfeccionando tanto con lo perfecto como con lo perfeccionado. Este retraso es inseparable de la evolución, que es creatividad en el tiempo. Por esta y otras razones el poder todopoderoso del Supremo está basado en los aciertos de Dios Séptuplo como divinidad. Este retraso hace posible la participación de las criaturas en la creación divina al permitir que las personalidades criatura se asocien a la Deidad para alcanzar el desarrollo máximo. Incluso la mente material de la criatura mortal se asocia así al Ajustador divino en la dualización del alma inmortal. Dios Séptuplo proporciona también técnicas para compensar las limitaciones experienciales de la perfección inherente, además de compensar las limitaciones de la imperfección anteriores a la ascensión.

7. El devenir de los trascendentales

105:7.1 (1159.6) Los trascendentales son subinfinitos y subabsolutos pero suprafinitos y supracreados. El devenir de los trascendentales constituye un nivel integrador que correlaciona los supervalores de los absolutos con los valores máximos de los finitos. Desde el punto de vista de la criatura parece que lo trascendental ha devenido como consecuencia de lo finito, en cambio desde el punto de vista de la eternidad parece que ha devenido en previsión de lo finito. Incluso algunos lo han considerado como un «eco previo» de lo finito.

105:7.2 (1159.7) Lo trascendental no es necesariamente ajeno al desarrollo, pero es supraevolutivo en el sentido finito. Tampoco es no experiencial, pero está por encima de la experiencia tal como la comprenden las criaturas. Puede que el mejor ejemplo de esta paradoja sea el universo central de perfección: Havona no es exactamente absoluto —solo la Isla del Paraíso es verdaderamente absoluta en el sentido «materializado»— pero tampoco es una creación evolutiva finita como los siete superuniversos. Havona es eterno pero no inalterable en el sentido de universo sin crecimiento. Está habitado por criaturas (los nativos de Havona) que nunca fueron creadas, pues existen eternamente. Havona ilustra así algo que no es exactamente finito ni tampoco absoluto. Havona actúa además como amortiguador entre el Paraíso absoluto y las creaciones finitas, lo que ilustra aun más la función de los trascendentales. Pero Havona en sí mismo no es un trascendental, es Havona.

105:7.3 (1160.1) Así como el Supremo está vinculado a los finitos, el Último está identificado con los trascendentales. Pero aunque el Supremo y el Último son comparables de este modo, se diferencian en algo más que en grado, también hay una diferencia cualitativa. El Último es algo más que un Supersupremo proyectado en el nivel trascendental. El Último es todo eso y más: el Último es un devenir de nuevas realidades de Deidad, la cualificación de nuevos aspectos de lo no cualificado hasta entonces.

105:7.4 (1160.2) Entre las realidades que están asociadas al nivel trascendental figuran las siguientes:

105:7.5 (1160.3) 1. La presencia de Deidad del Último.

105:7.6 (1160.4) 2. El concepto del universo maestro.

105:7.7 (1160.5) 3. Los Arquitectos del Universo Maestro.

105:7.8 (1160.6) 4. Los dos órdenes de organizadores paradisiacos de la fuerza.

105:7.9 (1160.7) 5. Ciertas modificaciones en la potencia del espacio.

105:7.10 (1160.8) 6. Ciertos valores del espíritu.

105:7.11 (1160.9) 7. Ciertos significados de la mente.

105:7.12 (1160.10) 8. Las cualidades y realidades absonitas.

105:7.13 (1160.11) 9. La omnipotencia, la omnisciencia y la omnipresencia.

105:7.14 (1160.12) 10. El espacio.

105:7.15 (1160.13) Se puede pensar que el universo en el que ahora vivimos existe en los niveles finito, trascendental y absoluto. Es el escenario cósmico donde se representa el drama sin fin de la actuación de la personalidad y la metamorfosis de la energía.

105:7.16 (1160.14) Todas estas múltiples realidades están unificadas de manera absoluta por las diversas triunidades, de manera funcional por los Arquitectos del Universo Maestro y de manera relativa por los siete Espíritus Maestros, los coordinadores subsupremos de la divinidad de Dios Séptuplo.

105:7.17 (1160.15) Dios Séptuplo representa la revelación de la personalidad y la divinidad del Padre Universal a las criaturas de estatus máximo y submáximo, pero hay otras relaciones séptuplas de la Primera Fuente y Centro que no conciernen a la manifestación del ministerio espiritual divino del Dios que es espíritu.

105:7.18 (1160.16) En la eternidad del pasado las fuerzas de los Absolutos, los espíritus de las Deidades y las personalidades de los Dioses se pusieron en movimiento en respuesta a la autovoluntad primordial de la autovoluntad existente por sí misma. En la presente edad del universo todos somos testigos de las formidables repercusiones del extenso panorama cósmico de las manifestaciones subabsolutas de los potenciales ilimitados de todas estas realidades. Y es enteramente posible que la diversificación continua de la realidad original de la Primera Fuente y Centro siga avanzando y exteriorizándose sin cesar a través de las edades hacia las extensiones lejanas e inconcebibles de la infinitud absoluta.

105:7.19 (1161.1) [Presentado por un Melquisedec de Nebadon.]

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