Documento 65 - El sobrecontrol de la evolución

   
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El libro de Urantia

Documento 65

El sobrecontrol de la evolución

65:0.1 (730.1) LA VIDA evolutiva material básica —la vida anterior a la mente— es formulada por los Controladores Físicos Maestros e impartida por los siete Espíritus Maestros en conjunción con la ministración activa de los Portadores de Vida encargados de ello. Como resultado de la función equivalente de esta triple creatividad, se desarrolla en el organismo la capacidad física de alojar la mente, es decir, los mecanismos materiales para reaccionar inteligentemente a los estímulos ambientales externos y, más tarde, a los estímulos internos originados en la mente misma del organismo.

65:0.2 (730.2) Hay pues, tres niveles distintos de producción y evolución de la vida:

65:0.3 (730.3) 1. El dominio de la energía-física, la producción de la capacidad mental.

65:0.4 (730.4) 2. El ministerio de mente de los espíritus adjutores, que incide en la capacidad de espíritu.

65:0.5 (730.5) 3. La dotación de espíritu de la mente del mortal, que culmina en el otorgamiento del Ajustador del Pensamiento.

65:0.6 (730.6) Los niveles mecánicos no enseñables de respuesta del organismo al entorno son el dominio de los controladores físicos. Los espíritus-mente adjutores activan y regulan los tipos de mente adaptativos o no enseñables mecánicamente, es decir, los mecanismos de respuesta de los organismos capaces de aprender por experiencia. Y al igual que los espíritus adjutores actúan sobre los potenciales de la mente, los Portadores de Vida ejercen un considerable control discrecional sobre los aspectos ambientales de los procesos evolutivos hasta el momento mismo de la aparición de la voluntad humana: la capacidad de conocer a Dios y el poder de elegir adorarlo.

65:0.7 (730.7) El funcionamiento integrado de los Portadores de Vida, los controladores físicos y los espíritus adjutores es lo que condiciona el curso de la evolución orgánica en los mundos habitados. Por eso la evolución —en Urantia o en cualquier otro lugar— es siempre intencionada y nunca fortuita.

1. Las funciones de los Portadores de Vida

65:1.1 (730.8) Los Portadores de Vida están dotados de potenciales de metamorfosis de la personalidad que pocos órdenes de criaturas poseen. Estos Hijos del universo local son capaces de actuar en tres fases diferentes del ser. Desempeñan normalmente sus tareas como Hijos de fase intermedia, su estado de origen. Pero en esa etapa de existencia, a un Portador de Vida le sería imposible actuar en los dominios electroquímicos transformando las energías físicas y las partículas materiales en unidades de existencia viva.

65:1.2 (730.9) Los Portadores de Vida pueden actuar y actúan en los tres niveles siguientes:

65:1.3 (730.10) 1. El nivel físico de la electroquímica.

65:1.4 (730.11) 2. La fase intermedia habitual de existencia cuasimorontial.

65:1.5 (730.12) 3. El nivel semiespiritual avanzado.

65:1.6 (731.1) Cuando los Portadores de Vida se preparan para la implantar la vida, y después de haber elegido los emplazamientos para su empresa, convocan a la comisión de arcángeles encargados de la transmutación de los Portadores de Vida. Este grupo consta de diez órdenes de personalidades diversas, entre ellas los controladores físicos y sus colaboradores, y está presidido por el jefe de los arcángeles, que desempeña esta función por mandato de Gabriel y con permiso de los Ancianos de los Días. Cuando estos seres se encircuitan de forma adecuada, pueden efectuar en los Portadores de Vida las modificaciones que les permitirán actuar directamente en los niveles físicos de la electroquímica.

65:1.7 (731.2) Una vez formulados los patrones de vida y debidamente concluidas las organizaciones materiales, las fuerzas supramateriales implicadas en la propagación de la vida se activan en el acto y la vida existe. Entonces los Portadores de Vida son devueltos inmediatamente a la fase intermedia normal de existencia de su personalidad, en cuyo estado pueden manipular las unidades vivas y manejar los organismos en evolución, aunque han sido despojados de toda capacidad de organizar —de crear— nuevos patrones de materia viva.

65:1.8 (731.3) Cuando la evolución orgánica ha realizado cierto recorrido y ha aparecido el libre albedrío de tipo humano en los organismos más altos en vías de evolución, los Portadores de Vida deben o bien marcharse del planeta o hacer voto de renuncia; es decir, se deben comprometer a abstenerse de todo intento de seguir influyendo en el curso de la evolución orgánica. Una vez que los Portadores de Vida que eligen permanecer en el planeta como futuros consejeros de los encargados de promover a las criaturas volitivas recién evolucionadas hacen voluntariamente este voto, se convoca una comisión de doce presidida por el jefe de las Estrellas Vespertinas, que actúa por autoridad del Soberano del Sistema y con permiso de Gabriel. Entonces estos Portadores de Vida son transmutados inmediatamente a la tercera fase de existencia de la personalidad, al nivel semiespiritual del ser. Desde los tiempos de Andon y Fonta, yo llevo actuando en Urantia en esa tercera fase de existencia.

65:1.9 (731.4) Esperamos con ilusión el momento en que el universo pueda asentarse en luz y vida y el logro posible de la cuarta etapa de nuestro ser en la que seremos totalmente espirituales, pero nunca se nos ha revelado la técnica por la cual podríamos alcanzar ese deseable estado avanzado.

2. El panorama evolutivo

65:2.1 (731.5) La historia del ascenso del hombre desde las algas marinas hasta el señorío de la creación terrenal es en verdad un poema de lucha biológica y supervivencia de la mente. Los ancestros primigenios del hombre fueron literalmente el limo y el lodo del lecho oceánico depositados en las tranquilas bahías y lagunas de aguas cálidas de los inmensos litorales de los antiguos mares interiores, las mismas aguas en las que los Portadores de Vida establecieron las tres implantaciones independientes de vida en Urantia.

65:2.2 (731.6) Existen hoy muy pocas especies de los primeros tipos de vegetación marina que participaron en los cambios históricos que dieron como resultado organismos fronterizos semejantes a los animales. Las esponjas son los supervivientes de uno de esos primeros tipos intermedios, aquellos organismos a través de los cuales se produjo la transición gradual de lo vegetal a lo animal. Esas primeras formas de transición no eran idénticas a las esponjas modernas, pero sí muy parecidas. Fueron verdaderos organismos fronterizos —ni vegetales ni animales— que acabarían conduciendo al desarrollo de las verdaderas formas de vida animal.

65:2.3 (732.1) Las bacterias, organismos vegetales simples de naturaleza muy primitiva, han cambiado muy poco desde los primeros albores de la vida; incluso muestran cierto grado de retroceso en su comportamiento parasitario. Muchos de los hongos representan también un movimiento retrógrado en la evolución, pues son plantas que han perdido su capacidad de fabricar clorofila y se han convertido en más o menos parásitas. La mayoría de las bacterias causantes de enfermedades y sus cuerpos auxiliares de virus pertenecen de hecho a este grupo de hongos parásitos retrógrados. Durante las edades intermedias todo el vasto reino de la vida vegetal evolucionó a partir de ancestros de los que descienden también las bacterias.

65:2.4 (732.2) Pronto aparecieron los tipos protozoarios superiores de vida animal, y aparecieron repentinamente. La ameba, el típico organismo animal unicelular, ha llegado desde aquellos remotos tiempos hasta nuestros días solo un poco modificada. Hoy retoza de forma muy parecida a como lo hacía cuando era el último logro y el más importante en la evolución de la vida. Esta diminuta criatura y sus primos protozoarios son para la creación animal lo que las bacterias para el reino vegetal; representan el vestigio de los primeros pasos evolutivos en la diferenciación de la vida junto con el fracaso en su desarrollo posterior.

65:2.5 (732.3) Los primeros tipos de animales unicelulares no tardaron en asociarse en comunidades, al principio según la disposición del volvox y luego a la manera de la hidra y la medusa. Después evolucionaron la estrella de mar, los lirios de piedra, los erizos de mar, los cohombros de mar, los ciempiés, los insectos, las arañas, los crustáceos y los grupos estrechamente relacionados de las lombrices de tierra y las sanguijuelas; pronto les siguieron los moluscos: la ostra, el pulpo y el caracol. Cientos y cientos de especies aparecieron y perecieron; solo se mencionan aquí las que sobrevivieron a la larguísima lucha. Esos especímenes no progresivos, junto con la familia de los peces de posterior aparición, representan hoy los tipos estacionarios de animales primitivos e inferiores, ramas del árbol de la vida que no lograron progresar.

65:2.6 (732.4) Así quedó dispuesto el escenario para la aparición de los peces, los primeros animales con espina dorsal. De la familia de los peces brotaron dos modificaciones únicas: la rana y la salamandra. Y fue la rana la que inició la serie de diferenciaciones progresivas de la vida animal que culminarían finalmente en el hombre mismo.

65:2.7 (732.5) La rana es uno de los ancestros supervivientes más antiguos de la raza humana, pero tampoco consiguió progresar y es hoy muy parecida a como era en aquellos tiempos remotos. La rana es la única especie antepasada de las primeras razas de los albores que vive hoy en día sobre la faz de la tierra. La raza humana no tiene ningún ascendente superviviente entre la rana y el esquimal.

65:2.8 (732.6) Las ranas dieron nacimiento a los reptiles, una gran familia animal prácticamente extinguida, pero que antes de dejar la existencia dio origen a toda la familia de las aves y a los numerosos órdenes de mamíferos.

65:2.9 (732.7) Cuando el reptil se convirtió en ave en un solo paso la evolución prehumana dio probablemente el mayor salto de su historia. Todos los tipos de aves de hoy —águilas, patos, palomas y avestruces— descienden de los enormes reptiles de hace muchísimo tiempo.

65:2.10 (732.8) El reino de los reptiles, descendiente de la familia de las ranas, está representado hoy por cuatro divisiones supervivientes: dos no progresivas, las serpientes y los lagartos junto con sus primos los cocodrilos y las tortugas; una parcialmente progresiva, la familia de las aves; y la cuarta, los antepasados de los mamíferos y la línea directa de ascendencia de la especie humana. Aunque los reptiles del pasado desaparecieron hace mucho, su enorme tamaño encontró eco en el elefante y el mastodonte mientras que sus formas peculiares se perpetuaron en los canguros saltadores.

65:2.11 (733.1) En Urantia solo han aparecido catorce filos, el último el de los peces, y no se ha desarrollado ninguna clase nueva desde las aves y los mamíferos.

65:2.12 (733.2) Fue de un pequeño y ágil dinosaurio reptil de hábitos carnívoros y cerebro relativamente grande del que surgieron repentinamente los mamíferos placentarios. Estos mamíferos se desarrollaron con rapidez y de muchas formas distintas; no solo dieron origen a las variedades comunes modernas, sino que evolucionaron también hacia los tipos marinos como ballenas y focas y hacia los navegantes aéreos como la familia de los murciélagos.

65:2.13 (733.3) El hombre evolucionó así de los mamíferos superiores provenientes principalmente de la implantación occidental de vida efectuada en los antiguos y resguardados mares de orientación este-oeste. Los grupos oriental y central de organismos vivos progresaron también favorablemente desde muy pronto hacia niveles prehumanos de existencia animal. Pero con el paso de las edades, el foco oriental de emplazamiento de la vida no logró alcanzar un nivel satisfactorio en el estatus de inteligencia prehumana, pues había sufrido pérdidas tan repetidas e irreparables en sus tipos más altos de plasma germen que fue despojado para siempre del poder de rehabilitar sus potencialidades humanas.

65:2.14 (733.4) Puesto que la capacidad de mente que iba a desarrollarse en este grupo oriental era de una calidad tan marcadamente inferior a la de los otros dos grupos, los Portadores de Vida, con el consentimiento de sus superiores, manipularon el entorno para circunscribir aún más estas cepas inferiores prehumanas de vida en evolución. Según todas las apariencias exteriores, la extinción de estos grupos inferiores de criaturas fue fortuita, pero en realidad fue totalmente intencionada.

65:2.15 (733.5) En una etapa posterior del despliegue evolutivo de la inteligencia, los antepasados lémures de la especie humana estaban mucho más avanzados en América del Norte que en otras regiones. Por ello, fueron inducidos a emigrar del ámbito de implantación occidental de vida por el puente terrestre de Bering y a lo largo de la costa hasta el sudoeste de Asia, donde siguieron evolucionando y se beneficiaron de la adición de ciertas cepas del grupo central de vida. Así, el hombre evolucionó a partir de ciertas cepas occidentales y centrales de vida, pero en las regiones centrales y del cercano oriente.

65:2.16 (733.6) La vida que se había plantado en Urantia evolucionó de este modo hasta la edad de hielo, momento en que apareció por primera vez el hombre y empezó su intensa carrera planetaria. Esta aparición del hombre primitivo en el planeta durante la edad de hielo no fue ningún accidente; se planeó así. Los rigores y la dureza climática de la era glaciar se adecuaban en todos los sentidos al propósito de fomentar el desarrollo de un tipo de ser humano resistente con una enorme dotación de supervivencia.

3. El fomento de la evolución

65:3.1 (733.7) Será difícil explicar a la mente humana de hoy en día muchos de los acontecimientos raros y aparentemente grotescos de los primeros progresos evolutivos. Había un plan deliberado detrás de todas esas evoluciones aparentemente extrañas de lo vivo, pero no estamos autorizados a interferir arbitrariamente en el desarrollo de los patrones de vida una vez que se han puesto en funcionamiento.

65:3.2 (733.8) Los Portadores de Vida pueden emplear todos los recursos naturales posibles y valerse de cualquier circunstancia fortuita para favorecer el progreso del desarrollo del experimento de vida, pero no se nos permite intervenir mecánicamente en el curso y comportamiento de la evolución animal o vegetal ni manipularlos arbitrariamente.

65:3.3 (733.9) Habéis sido informados de que los mortales de Urantia se desarrollaron por evolución a partir de la rana primitiva y de que esta cepa ascendente, portada en potencia por una única rana, estuvo a punto de perecer en cierta ocasión. Pero no se debe inferir que un accidente en esa coyuntura hubiera supuesto el final de la evolución del género humano. En aquel mismo momento estábamos observando y fomentando en emplazamientos muy alejados entre sí no menos de mil cepas distintas de vida en mutación, que hubieran podido ser dirigidas hacia varios patrones diferentes de desarrollo prehumano. De hecho, esa rana ancestral representaba nuestra tercera selección, ya que las dos cepas de vida anteriores habían perecido a pesar de todos nuestros esfuerzos por conservarlas.

65:3.4 (734.1) Ni siquiera el fallecimiento sin descendencia de Andon y Fonta hubiera podido impedir la evolución humana; solo la habría retrasado. Tras la aparición de Andon y Fonta y antes de que se agotaran los potenciales de mutación humana de la vida animal, evolucionaron no menos de siete mil cepas favorables que podrían haber alcanzado alguna clase de desarrollo de tipo humano. Muchas de las mejores de esas estirpes fueron asimiladas posteriormente por las diversas ramas de la especie humana en expansión.

65:3.5 (734.2) Mucho antes de que el Hijo y la Hija Materiales, los elevadores biológicos, lleguen a un planeta, los potenciales humanos de las especies animales en evolución se han agotado. Este estatus biológico de la vida animal es manifestado a los Portadores de Vida mediante la tercera fase de movilización de los espíritus adjutores. Este fenómeno ocurre automáticamente en cuanto se agota toda la capacidad de la vida animal de dar origen a los potenciales mutantes de individuos prehumanos.

65:3.6 (734.3) El género humano de Urantia debe resolver sus problemas de desarrollo mortal con las estirpes humanas que tiene; ninguna raza más evolucionará de fuentes prehumanas en el futuro. Pero este hecho no excluye la posibilidad de lograr niveles de desarrollo humano muy superiores mediante el fomento inteligente de los potenciales evolutivos que siguen residiendo en las razas mortales. Lo que nosotros, los Portadores de Vida, hacemos por fomentar y conservar las cepas de vida antes de la aparición de la voluntad humana, debe hacerlo el hombre por sí mismo después de este acontecimiento tras nuestra retirada de la participación activa en la evolución. De manera general, el destino evolutivo del hombre está en sus propias manos, y la inteligencia científica debe reemplazar, tarde o temprano, el funcionamiento aleatorio de una selección natural incontrolada y de una supervivencia sometida a la casualidad.

65:3.7 (734.4) Y hablando del fomento de la evolución, no estaría de más señalar que en el largo futuro que hay por delante, si en algún momento sois adscritos a un cuerpo de Portadores de Vida, tendréis abundantes y amplias oportunidades de presentar sugerencias y aportar todas las mejoras posibles a los planes y técnicas de gestión y trasplante de la vida. ¡Sed pacientes! Si tenéis buenas ideas, si vuestra mente es fértil en mejores métodos de administración para cualquier parte de los dominios universales, tendréis ciertamente la oportunidad de presentarlos a vuestros colaboradores y compañeros administradores en las edades por venir.

4. La aventura de Urantia

65:4.1 (734.5) No perdáis de vista que Urantia nos fue asignado como mundo de experimentación con la vida. En este planeta hicimos nuestro sexagésimo intento de modificar y mejorar en lo posible la adaptación a Satania de los diseños de vida de Nebadon, y hay constancia de que hemos logrado hacer muchos cambios beneficiosos en los patrones ordinarios de la vida. En concreto, hemos elaborado y demostrado de forma satisfactoria en Urantia no menos de veintiocho características de modificación de la vida que serán de utilidad para todo Nebadon en todos los tiempos venideros.

65:4.2 (735.1) Pero el establecimiento de la vida nunca es experimental en ningún mundo en el sentido de intentar algo no probado o desconocido. La evolución de la vida es una técnica siempre progresiva, diferencial y variable, pero nunca dejada al azar ni incontrolada ni totalmente experimental en el sentido de fortuita.

65:4.3 (735.2) Muchas características de la vida humana prueban con creces que el fenómeno de la existencia mortal fue planeado de forma inteligente, que la evolución orgánica no es un mero accidente cósmico. Cuando una célula viva se lesiona posee la capacidad de elaborar ciertas sustancias químicas que tienen la facultad de estimular y activar las células vecinas normales para que empiecen inmediatamente a secretar ciertas sustancias que faciliten los procesos curativos en la herida. Al mismo tiempo, esas células normales no lesionadas empiezan a proliferar, se ponen realmente a trabajar para crear nuevas células que sustituyan a las células afines que pudieran haber sido destruidas por el accidente.

65:4.4 (735.3) Este proceso químico de acción y reacción implicado en la curación de la herida y en la reproducción de las células corresponde a la elección que hicieron los Portadores de Vida de una fórmula que abarca más de cien mil fases y características de reacciones químicas y repercusiones biológicas posibles. Los Portadores de Vida hicieron en sus laboratorios más de medio millón de experimentos específicos antes de decidirse por esta fórmula para el experimento de vida en Urantia.

65:4.5 (735.4) Cuando los científicos de Urantia conozcan mejor estas sustancias químicas curativas, tratarán las lesiones con más eficacia y aprenderán indirectamente a controlar mejor ciertas enfermedades graves.

65:4.6 (735.5) Desde que se estableció la vida en Urantia los Portadores de Vida han mejorado esta técnica curativa que han introducido en otro mundo de Satania, de manera que proporciona más alivio al dolor y ejerce un mejor control sobre la capacidad de proliferación de las células normales asociadas.

65:4.7 (735.6) Hubo muchas características únicas en el experimento de vida de Urantia, pero los dos episodios más destacados fueron la aparición de la raza andónica antes de la evolución de los seis pueblos de color y la posterior aparición simultánea de los mutantes sangik en una sola familia. Urantia es el primer mundo de Satania donde las seis razas de color nacieron de la misma familia humana. Normalmente surgen en cepas diversificadas a partir de mutaciones independientes de la estirpe animal prehumana, y suelen aparecer en el mundo de una en una y sucesivamente durante largos periodos de tiempo, empezando por el hombre rojo y pasando por todos los colores hasta el índigo.

65:4.8 (735.7) Otra variación notable del procedimiento habitual fue la llegada tardía del Príncipe Planetario. Por regla general, el príncipe aparece en un planeta hacia el momento en que se desarrolla la voluntad; según este plan Caligastia hubiera podido llegar a Urantia incluso en vida de Andon y Fonta en vez de casi quinientos mil años más tarde, coincidiendo con la aparición de las seis razas sangik.

65:4.9 (735.8) En un mundo habitado normal el envío de un Príncipe Planetario a petición de los Portadores de Vida hubiera sido concedido en el momento de la aparición de Andon y Fonta o poco después. Pero en el caso de Urantia, al haber sido designado como planeta de modificación de la vida, se enviaron por acuerdo previo observadores Melquisedec, doce en total, como asesores de los Portadores de Vida y supervisores del planeta hasta la llegada posterior del Príncipe Planetario. Estos Melquisedec llegaron en el momento en que Andon y Fonta tomaban las decisiones que hicieron posible que sus mentes de mortales fueran habitadas por Ajustadores del Pensamiento.

65:4.10 (736.1) Los esfuerzos que hicieron en Urantia los Portadores de Vida por mejorar los patrones de vida de Satania tuvieron como resultado forzoso la producción de muchas formas aparentemente inútiles de vida de transición. Pero los beneficios ya acumulados son suficientes para justificar las modificaciones de los diseños ordinarios de vida realizadas en Urantia.

65:4.11 (736.2) Fue nuestra intención producir una manifestación temprana de la voluntad en la vida evolutiva de Urantia, y lo conseguimos. La voluntad no emerge generalmente hasta mucho tiempo después de que existan las razas de color, y suele aparecer primero entre los tipos superiores del hombre rojo. Vuestro mundo es el único planeta de Satania donde la voluntad de tipo humano ha aparecido en una raza anterior a las de color.

65:4.12 (736.3) En nuestro esfuerzo por asegurar la combinación y asociación de factores hereditarios que dieron finalmente origen a los ancestros mamíferos de la raza humana, nos vimos obligados a permitir que se produjeran cientos de miles de otras combinaciones y asociaciones de factores hereditarios relativamente inútiles. Seguro que os encontraréis con muchos de esos subproductos aparentemente extraños de nuestros esfuerzos cuando escarbéis en el pasado planetario, y me hago cargo de lo desconcertantes que deben resultar esas cosas para el limitado punto de vista humano.

5. Las vicisitudes de la evolución de la vida

65:5.1 (736.4) Para los Portadores de Vida fue una fuente de pesar que nuestros esfuerzos especiales por modificar la vida inteligente en Urantia se vieran tan obstaculizados por trágicas perversiones que escapaban a nuestro control: la traición de Caligastia y la falta de Adán.

65:5.2 (736.5) Pero la mayor decepción de toda nuestra aventura biológica fue la reversión de ciertas formas primitivas de vida vegetal a los niveles preclorofílicos de bacteria parásita a una escala tan considerable e inesperada. Esta eventualidad de la evolución vegetal ha producido muchas y penosas enfermedades en los mamíferos superiores, sobre todo en la especie humana por ser más vulnerable. Sin embargo, no dimos excesiva importancia a las dificultades implícitas en esta complicada situación porque sabíamos que la adición posterior del plasma de vida adánico reforzaría de tal forma la capacidad de resistencia de la mezcla racial resultante que la haría prácticamente inmune a todas las enfermedades producidas por organismos de tipo vegetal. Pero nuestras esperanzas se vieron truncadas por la desgraciada falta adánica.

65:5.3 (736.6) El universo de universos, que incluye este pequeño mundo llamado Urantia, no está siendo gestionado simplemente para merecer nuestra aprobación ni para adaptarse a nuestra sola conveniencia, ni mucho menos para complacer nuestros caprichos o satisfacer nuestra curiosidad. No hay duda de que los seres sabios y todopoderosos que tienen la responsabilidad de gestionar el universo saben exactamente lo que hacen. Por ello, es apropiado para los Portadores de Vida y corresponde a la mente de los mortales alistarse con paciente espera y franca cooperación al gobierno de la sabiduría, al reinado del poder y a la marcha del progreso.

65:5.4 (736.7) Hay, por supuesto, ciertas compensaciones por las tribulaciones, como el otorgamiento de Miguel en Urantia. Pero independientemente de todas estas consideraciones, los supervisores celestiales más recientes de este planeta expresan su total confianza en el triunfo evolutivo último de la raza humana y la justificación final de nuestros planes y patrones de vida originales.

6. Las técnicas evolutivas de la vida

65:6.1 (737.1) Es imposible determinar con precisión y de forma simultánea la posición exacta y la velocidad de un objeto en movimiento; cualquier intento de medir una de ellas implica inevitablemente un cambio en la otra. El hombre mortal se enfrenta al mismo tipo de paradoja cuando acomete el análisis químico del protoplasma. El químico puede dilucidar la química del protoplasma muerto, pero no puede percibir ni la organización física ni el comportamiento dinámico del protoplasma vivo. El científico se irá acercando cada vez más a los secretos de la vida, pero no los encontrará nunca por la sencilla razón de que debe matar al protoplasma para poder analizarlo. El protoplasma muerto pesa lo mismo que el protoplasma vivo, pero no es lo mismo.

65:6.2 (737.2) Hay una dotación original de adaptación en las cosas y seres vivos. En todas las células vivas vegetales o animales, en todos los organismos vivos —materiales o espirituales— hay un ansia insaciable de lograr una perfección cada vez mayor en el ajuste al entorno, en la adaptación del organismo y en una realización más amplia de la vida. Estos esfuerzos interminables de todas las cosas vivas evidencian la lucha innata por la perfección que existe en su interior.

65:6.3 (737.3) El paso más importante en la evolución de las plantas fue el desarrollo de la capacidad de fabricar clorofila, y el segundo mayor avance fue la evolución de la espora hasta convertirse en semilla compleja. La espora es sumamente eficiente como agente reproductor, pero carece de los potenciales de variedad y versatilidad inherentes a la semilla.

65:6.4 (737.4) Uno de los episodios más útiles y complejos de la evolución de los tipos superiores de animales se produjo cuando el hierro de las células sanguíneas circulantes desarrolló la capacidad de desempeñar un doble papel como portador de oxígeno y eliminador de dióxido de carbono. Esta actuación de los glóbulos rojos ilustra cómo los organismos en evolución son capaces de adaptar sus funciones a un entorno variable o cambiante. Los animales superiores, incluido el hombre, oxigenan sus tejidos mediante la acción del hierro de los glóbulos rojos que lleva el oxígeno a las células vivas y elimina con la misma eficacia el dióxido de carbono. Pero se puede hacer que otros metales sirvan para el mismo fin. La jibia emplea el cobre para esta función y la ascidia utiliza el vanadio.

65:6.5 (737.5) La continuidad de estos ajustes biológicos se ilustra en la evolución de los dientes de los mamíferos superiores de Urantia. Llegaron a ser treinta y seis en los primeros ancestros del hombre, y empezó luego un reajuste adaptativo hacia los treinta y dos en el hombre de los albores y sus parientes cercanos. Ahora la especie humana tiende lentamente hacia los veintiocho. El proceso de la evolución sigue progresando de forma activa y adaptativa en este planeta.

65:6.6 (737.6) Pero muchos ajustes aparentemente misteriosos de los organismos vivos son puramente químicos, totalmente físicos. En la corriente sanguínea de cualquier ser humano existe la posibilidad de que se produzcan en cualquier momento más de 15 000 000 de reacciones químicas entre los productos hormonales de una docena de glándulas endocrinas.

65:6.7 (737.7) Las formas más bajas de la vida vegetal responden enteramente al entorno físico, químico y eléctrico. Pero a medida que asciende la escala de la vida, los ministerios de mente de los siete espíritus adjutores van entrando en acción uno tras otro, y la mente se vuelve cada vez más capaz de ajustar, crear, coordinar y dominar. La capacidad de los animales de adaptarse al aire, al agua y a la tierra no es una dotación supranatural, pero sí un ajuste suprafísico.

65:6.8 (738.1) La física y la química solas no pueden explicar cómo evolucionó el ser humano a partir del protoplasma primigenio de los primeros mares. La capacidad de aprender, la respuesta diferencial y de memoria al entorno, es dotación de la mente. Las leyes de la física no responden al aprendizaje; son inmutables e inalterables. Las reacciones de la química no las modifica la educación; son uniformes y fiables. Aparte de la presencia del Absoluto No Cualificado, las reacciones eléctricas y químicas son previsibles. Pero la mente puede sacar provecho de la experiencia, puede aprender de los hábitos de comportamiento reactivos en respuesta a la repetición de los estímulos.

65:6.9 (738.2) Los organismos preinteligentes reaccionan a los estímulos del entorno, pero los organismos que son reactivos al ministerio de mente pueden ajustar y manipular el entorno mismo.

65:6.10 (738.3) El cerebro físico con su sistema nervioso asociado posee una capacidad innata de responder al ministerio de mente, de igual modo que la mente en desarrollo de una personalidad posee cierta capacidad innata de receptividad al espíritu y contiene por lo tanto las potencialidades de logro y progreso espirituales. La evolución intelectual, social, moral y espiritual depende del ministerio de mente de los siete espíritus adjutores y sus asociados suprafísicos.

7. Los niveles evolutivos de la mente

65:7.1 (738.4) Los siete espíritus-mente adjutores son los polifacéticos ministradores de la mente para las existencias inteligentes más bajas de un universo local. Las mentes de este orden son ministradas desde la sede del universo local o desde algún mundo relacionado con ella, pero desde las capitales de los sistemas también se influye en la dirección del funcionamiento de las mentes más bajas.

65:7.2 (738.5) En un mundo evolutivo hay muchísimas cosas que dependen de la labor de estos siete adjutores. Pero son ministradores de la mente y no están involucrados en la evolución física, que es el dominio de los Portadores de Vida. Sin embargo, la integración perfecta de estas dotaciones de espíritu con el procedimiento natural y ordenado del régimen inherente que despliegan los Portadores de Vida es la responsable de la incapacidad que tienen los mortales de percibir en el fenómeno de la mente algo que no sea la mano de la naturaleza y el desarrollo de los procesos naturales, aunque a veces sintáis cierta perplejidad al intentar explicaros todo lo relacionado con las reacciones naturales de la mente cuando está asociada a la materia. Y si Urantia hubiera seguido más de cerca los planes originales, os extrañarían aún menos cosas sobre el fenómeno de la mente.

65:7.3 (738.6) Los siete espíritus adjutores son más parecidos a circuitos que a entidades, y en los mundos normales se encircuitan con otras actuaciones adjutoras repartidas por todo el universo local. En cambio están relativamente aislados en los planetas de experimentación con la vida. Y en Urantia, dada la naturaleza única de sus patrones de vida, los adjutores inferiores tuvieron muchas más dificultades para entrar en contacto con los organismos evolutivos de las que hubieran tenido con un tipo de dotación de vida más normalizado.

65:7.4 (738.7) Por otra parte, en un mundo evolutivo medio los siete espíritus adjutores están mucho mejor sincronizados con las etapas progresivas del desarrollo animal de lo que estuvieron en Urantia. Con una única excepción, los adjutores experimentaron más dificultades para entrar en contacto con las mentes en evolución de los organismos de Urantia que en ninguna otra de sus operaciones por todo el universo de Nebadon. Se desarrollaron en este mundo muchas formas de fenómenos fronterizos, combinaciones confusas de los tipos mecánico no enseñable y no mecánico enseñable de respuesta del organismo.

65:7.5 (739.1) Los siete espíritus adjutores no entran en contacto con los órdenes puramente mecánicos de respuesta del organismo al entorno. Esas respuestas preinteligentes de los organismos vivos corresponden exclusivamente a los dominios de energía de los centros del poder, los controladores físicos y sus asociados.

65:7.6 (739.2) Con la adquisición del potencial de la capacidad de aprender de la experiencia comienza la actuación de los espíritus adjutores desde las mentes más bajas de las existencias primitivas e invisibles hasta los tipos más altos de la escala evolutiva de los seres humanos. Son la fuente y el patrón del comportamiento más o menos misterioso y de las reacciones rápidas y no totalmente comprendidas de la mente ante el entorno material. Estas influencias leales y siempre dignas de confianza han de llevar muy lejos su ministerio preliminar antes de que la mente animal logre alcanzar los niveles humanos de receptividad al espíritu.

65:7.7 (739.3) Los adjutores actúan de forma exclusiva en la evolución de la mente experimentadora hasta el nivel de la sexta fase, el espíritu de adoración. En este nivel se produce la inevitable superposición de ministerios: el fenómeno por el cual lo más alto desciende para coordinarse con lo más bajo con vistas a alcanzar posteriormente niveles de desarrollo avanzados. Y hay todavía un ministerio de espíritu adicional que acompaña a la acción del séptimo y último adjutor, el espíritu de sabiduría. En todo el ministerio del mundo del espíritu, el individuo no experimenta nunca transiciones abruptas en la cooperación en el espíritu; estos cambios son siempre graduales y recíprocos.

65:7.8 (739.4) Se deben distinguir siempre los dominios de las respuestas físicas (electroquímicas) y mentales a los estímulos del entorno, y todas ellas se deben reconocer a su vez como fenómenos aparte de las actividades espirituales. Los dominios de la gravedad física, mental y espiritual son ámbitos distintos de la realidad cósmica a pesar de sus interrelaciones íntimas.

8. La evolución en el tiempo y el espacio

65:8.1 (739.5) El tiempo y el espacio están enlazados indisolublemente; es una asociación innata. Las demoras en el tiempo son inevitables en presencia de ciertas condiciones del espacio.

65:8.2 (739.6) Si a alguien le extraña que se necesite tanto tiempo para llevar a cabo los cambios evolutivos del desarrollo de la vida, le respondería que no podemos hacer que los procesos de la vida se desplieguen más deprisa de lo que permiten las metamorfosis físicas de un planeta. Tenemos que esperar al desarrollo físico natural del planeta; no tenemos absolutamente ningún control sobre la evolución geológica. Si las condiciones físicas lo permitieran, podríamos hacer que la evolución completa de la vida se realizara en mucho menos de un millón de años. Pero todos estamos bajo la jurisdicción de los Regidores Supremos del Paraíso, y el tiempo no existe en el Paraíso.

65:8.3 (739.7) El criterio del individuo para medir el tiempo es la duración de su vida. Todas las criaturas están condicionadas de esta forma por el tiempo y por eso consideran la evolución como un proceso larguísimo. A aquellos de nosotros que no tenemos la vida limitada por una existencia temporal la evolución no nos parece una operación tan prolongada. En el Paraíso, donde el tiempo no existe, estas cosas son todas presente en la mente de la Infinitud y en los actos de la Eternidad.

65:8.4 (739.8) Igual que la evolución de la mente depende del lento desarrollo de las condiciones físicas que la retrasan, el progreso espiritual depende de la expansión mental, y el retardo intelectual lo frena indefectiblemente. Pero eso no significa que la evolución espiritual dependa de la educación, la cultura o la sabiduría. El alma puede evolucionar sea cual sea su cultura mental, pero no si carece de la capacidad mental y del deseo —la elección de la supervivencia y la decisión de conseguir una perfección cada vez mayor— de hacer la voluntad del Padre del cielo. Aunque la supervivencia puede no depender de la posesión de conocimiento y sabiduría, el progreso depende de ello con toda seguridad.

65:8.5 (740.1) En los laboratorios evolutivos cósmicos la mente domina siempre a la materia y el espíritu está siempre correlacionado con la mente. La falta de coordinación y sincronización de estas diversas dotaciones puede causar demoras en el tiempo, pero si el individuo conoce realmente a Dios y desea encontrarlo y hacerse como él, la supervivencia está asegurada a pesar de todos los impedimentos del tiempo. El estatus físico puede perjudicar a la mente y la perversidad mental puede retrasar el logro espiritual, pero ninguno de estos obstáculos puede frustrar la elección de la voluntad hecha con toda el alma.

65:8.6 (740.2) Cuando las condiciones físicas están maduras se pueden producir evoluciones mentales repentinas; cuando el estatus de la mente es propicio pueden ocurrir transformaciones espirituales repentinas; cuando los valores espirituales reciben el reconocimiento apropiado, los significados cósmicos se vuelven perceptibles y la personalidad se va haciendo cada vez más libre de los impedimentos del tiempo y las limitaciones del espacio.

65:8.7 (740.3) [Patrocinado por un Portador de Vida de Nebadon residente en Urantia.]

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